Coffe break? [Cedric]

Otra vez, el austero mundo de sus sueños hallábase perturbado por imágenes difusas de personas que creía conocer pero que nunca había visto en su vida, de momentos tortuosos, de eventos transcurridos siglos atrás, lo intuía por las vestimentas antiguas que ataviaban a los brujos y brujas de sus pesadillas. No siempre eran los mismos sueños, las mismas historias, pero en cada uno de ellos la idea era la misma, muerte, destrucción y siempre estaba ese símbolo extraño, mismo que él estaba consciente tenía en su brazo y que cada vez le gustaba menos la idea de estar “marcado” por esa cosa de dudosa procedencia; un par de años atrás lo había considerado genial, él afirmaba que “le daba estilo”, ahora por alguna razón se sentía asustado aunque su orgullo le impedía aceptarlo.

Sus ojos se abrieron de par en par. Todo estaba en penumbras, en su permanente oscuridad, era su manera de saber que ya no estaba durmiendo y que nada de lo que había visto en ese mundo era real, aunque lo pareciese. Su pecho ascendía y descendía con rapidez en una respiración irregular, como si hubiera estado corriendo durante un largo rato sin detenerse; el corazón golpeaba su caja torácica como un tambor, sentía sus latidos chocar contra sus oídos y era lo único que podía escuchar, lo demás era quietud. Natlian seguramente dormía aún.

A tientas buscó su celular bajo la almohada y se colocó un audífono sobre uno de sus oídos y de manera casi automática revisó la hora. Las cinco y media de la mañana; no podía creerlo y aunque intentó volver a dormir no lo logró, no podía volver a conciliar el sueño hasta que el cansancio se apoderara de él a lo largo de día, y, a la mañana siguiente la historia se repetiría. Largó un suspiro profundo, evidentemente frustrado ante la idea de que esas pesadillas no terminaran jamás pues sus sueños eran el único lugar donde las imágenes volvían a ser nítidas, cuando cerraba los ojos podía ver aunque fueran sólo cosas que se hallaban nada mas en su mente, recuerdos y otras cosas que su cerebro asociaba en base a la experiencia, pero últimamente lo único que veía era eso, el mundo que se negaba a aceptar y al que no quería pertenecer, pero, en el fondo Cedric sabía que no podía seguir ignorándolo por mucho tiempo; tarde o temprano le alcanzaría.

Después de ducharse y prepararse para ir a clases decidió bajar al comedor para tomar el desayuno, una da las ventajas de despertarse temprano era que podía comer cualquier cosa pues normalmente sus bocadillos favoritos eran los primeros que se terminaban, además resultaba más sencillo para él encontrar una mesa vacía, podía moverse con libertad por todo el lugar sin que hubiera personas obstruyendo su paso ya fuera intencionalmente o no… En fin, tenía que encontrarle el lado positivo pues no le quedaba de otra. Se acercó a una de las mesas para prepararse una taza de café y se dio cuenta que no era el único que había madrugado cuando tuvo que esperar a que la persona que ocupaba la máquina terminara de preparar su café, había más máquinas pero él siempre usaba esa porque ya se había acostumbrado y sabía como funcionaba; entonces, se recargó contra la mesa dejando su bastón a un lado mientras pellizcaba su muffin de arándanos.

— ¿Necesita ayuda? —inquirió el chico cuando escuchó el claro sonido del líquido caer al suelo.

Pudo haberse reído porque no era él pero no lo hizo porque había pasado mas o menos por la misma situación en repetidas ocasiones hasta que logró entender como funcionaba aquella cosa y lograra adaptarse a ella sin que nadie tuviera que prepararle una simple taza de café; no podía ver el lío que se había armado pero podía escuchar como la persona tenia una especie de batalla campal con el artefacto.