Dexter Sawyer

por **Dexter Sawyer** Sáb Mar 09, 2013 12:58 pm

EXPEDIENTE ESCOLAR

Dexter Frederick Sawyer

Edad: 29 años

Grupo: Adultos

Raza: Nigromante

Orientación sexual: Heterosexual

Ciudad de origen: Dublin, Irlanda

Rasgos físicos: El encanto de Dexter reside en el poder pasar por el aspecto de un asesino serial al de un pequeño cachorro en fracción de segundos. Mandíbula cuadrada, barbilla pequeña, sonrisa juguetona, ojos entrecerrados y un rizado e incontrolable cabello, son su artillería blanca, una que va intentando ocupar más el último tiempo pero sigue siendo difícil. Su estado natural no es así, su rostro en realidad es una mueca de burla que mucha veces atemoriza e intenta dejar atrás: entrecejo fruncido, cejas negras y arqueadas, una línea por boca, músculos tensos y ojos tan negros que ni siquiera reflejan. Su altura, bastante por encima de la media, y su contextura tonificada sólo logran reafirmar esta oscura imagen.

No es un gran fanático de las formalidades, jeans, bototos y camisas bastan para completar su armario; pero puede sobrevivir con una corbata, o con su uniforme si así se requiere, sin embargo, le es imposible tranzar su descuidada sombra de barba, Irlanda caerá antes que logre presentarse con una afeitada decente.

Personalidad: Se ha enfrascado tanto el último tiempo en modificarla que ni siquiera él sabe si queda algo a lo que pueda referirse como personalidad. Volátil, esa puede ser una buena palabra para empezar. Su lucha constante por pasar desapercibido lo hace adquirir conductas que en momentos parecen demasiado falsas para su aspecto, como en la que se encuentra en este período: un agradable docente de media jornada, que sonríe y habla mucho. El profesor, en el colegio, o el doctor Sawyer, en el hospital es un profesional bastante joven, de muy buenas referencias, que se pasea por los pasillos con una taza de café y una sonrisa cordial para el alumnado. El doctor Sawyer sufre de un pequeño tartamudeo de vez en cuando, además de un ferviente amor por la astronomía. En el interior alguien se retuerce de la risa acerca de lo patética de la existencia de este sujeto.

Cuando el horario termina, las salas se cierran, el turno finaliza, y llega a su pequeño departamento, Dexter queda atrás con toda su mierda alegre y sus enanas blancas. En el interior de su persona y su departamento Dexter no es en realidad él, sino que es Caleb, un sujeto frío, calculador, y encargado de tantas resurrecciones que casi, casi, opacan las muertes de las que ha sido responsable. Algunos niños nacen con un talento natural para la violencia, él fue uno de ellos. Le encantan las peleas, aún cuando no las busca, de hecho, no se ve involucrado en una con frecuencia, sino que como si fueran películas, le gusta admirar el caos y alimentar el odio entre los contrincantes. Inteligente y con una capacidad admirable de aprender en poco tiempo, puede observar como realizan algo únicamente una vez y después imitarlo a la perfección.

Tiene una obsesión un poco insana con la muerte y con el poder, y en especial como estas dos se entrelazan de una u otra forma. Tiempo atrás escuchó de un sujeto que Dios era todopoderoso porque él daba y quitaba la vida, si fuera por eso, todo este tiempo él mismo era Dios y no se había percatado de aquello. La magia oscura, en especial la nigromancia, alimenta el narcisismo y egocentrismo natural de Dexter llevándolo a límites insospechados y altamente peligrosos. Altanero y manipulador, no tiene escrúpulos ni ética cuando de hacer algo a su favor se refiere, además hay que considerar el encanto natural a la hora de desenvolverse, nadie desconfiaría del joven y alegre profesor.

Gustos:

—Caminar, es común que llegue tarde o se desvié en rutas sólo por hacer el trayecto más largo. Le relaja, y ayuda a pensar las cosas que hará o dirá más tarde.

—Quentin Tarantino es lo más cercano a una deidad que podría tener. Le encanta su trabajo, su forma de ser, y Planet Terror es su cinta favorita.

—Es un geek por la astronomía, hizo unos cursos básicos años atrás y le encantó que la raza humana no fuera más que una ínfima parte de un todo.

—El poder, vive por él y para él, logrando eclipsar todo lo demás.

— Whisky.

Odios:

—Los fanáticos religiosos, no los soporta, no los entiende y no quiere gastar tiempo intentándolo.

—No le gustan los animales más que un u otro perro desentendido de la sociedad con mirada humilde.

—Ordenar, limpiar, y todo tipo de acción poco práctica que un futuro próximo se arruinará.

—Los cazadores y básicamente todo tipo de orden que intente eliminarlo, son básicamente un descanso físico innecesario.

Miedos:

—Vivir hasta ser anciano. Encuentra a la vejez un estado patético y lamentable por la cual nadie debería pasar, sino lo matan se suicidará antes de los 50 años.

Manías:

—Tomar dos vasos de whisky con hielo antes de viajar en avión.

—Constantemente se encuentra con cosas en las manos, o golpeando las mesas y el suelo. Mantente ocupado mantente concentrado, es su lema.

Enfermedades:

—Es ligeramente asmático.

Datos Anexos:

—Tiene tantos "favores" que cobrar que ganar dinero le parece absurdo, aún así, con una gran cuenta bancaria, aparenta vivir en condiciones bastante austeras.

—Estudió medicina, con especialidad en forense en la Universidad de Oxford, en donde se graduó un par de años antes debido a sus sobresalientes.

—Trabaja esporádicamente en el hospital de Wickford, donde está encargado de las autopsias.

Familia:

Craig Fergusson: Padre, fallecido. Antiguo nigromante irlandés, con un serio trastorno social y bipolar. Creó y moldeó a Dexter para que fuera su sucesor y para que el conocimiento no se perdiera. Nunca tuvo una relación padre-hijo con él.

Anna: Madre, fallecida. Fue más que nada un vientre de alquiler, al momento de nacer lo separaron de ella y nunca más escuchó de ella, hasta que alguien le contó que ya había muerto.

Historial:Nacido como Cabel Fergusson, nunca tuvo el control de nada. Fue entrenado, perfeccionado y creado para algo: ser el sucesor de su padre. Craig Fergusson era respetado, más que eso, era temido, no por nada pertenecía al linaje más antiguo de nigromantes de su querida Irlanda. Una tierra llena de leyendas, conocimientos y tan vieja como el aire, un lugar perfecto para anidar una magia tan oscura. Para esto, el conocimiento adquirido con el tiempo es vital para prosperar, y este mismo es transmitido en secreto a las generaciones siguientes.

Hijo de una prostituta -en un momento de su vida descubrió que murió dos años después de darle a luz- bajo el apodo de Anna, a la cual Fergusson le pagó una cuantiosa cantidad de dinero para que llevara el embarazo a término sin mayores problemas. Su madre no fue más que un útero y una fuente de comida. Nacido el niño Craig se consideró inhabilitado para criar, por lo que Caleb terminó en un orfanato, todo el tiempo que allá estuvo desconoció que tuviera un padre, hasta que a los ocho años lo reclamaron como hijo. La felicidad del reencuentro sólo fue por parte de Cabb y duró nada. Todos los eventos que siguieron a ese día fueron demasiado rápidos como para digerirlos. A los quince no sólo podía invocar espíritus, tenía también una completa instrucción acerca de la muerte y lo referente a ella; podía montar un ritual pero no era lo suficientemente fuerte para llevarlo a cabo; conocía lo básico de la magia negra; y había visto al diablo tomar posesión de cuerpos que llevaban meses descomponiéndose.

Craig lo había hecho más que bien. Caleb era brillante y tenían un talento innato para la manipulación, por lo que en poco tiempo tenía a decenas implorando a sus puertas. A diferencia de su padre, nunca cobró dinero, ya tenían suficiente como para vivir diez vidas como la realeza, lo que pedía a cambio era el servicio de aquella persona, o de algún familiar cuando él lo quisiera sin hacer preguntas y simplemente actuar.

Con la muerte del viejo Fergusson Irlanda se volvió monótona y aburrida, y ya no había nada que lo retuviera en aquellas tierras. Cobró uno de sus favores para conseguir nuevos papeles y cambiando su nombre a Dexter Sawyer. Según lo que sus contactos pusieron en los registros Dex era un hombre intachable con tres hermanos que se había criado sin problemas en Dublín. A los 20 años entró a estudiar medicina en Inglaterra, parecía la opción más obvia dada su cercanía con el tema vida/muerte. Así mismo se hizo un lugar en el hospital y la morgue, lugar donde desesperados eran capaces de todo por volver a ver a aquél que quedó tendido en la camilla de cirugía.