un nuevo amigo. ( cedric)

subir, bajar, subir, bajar, era lo mas divertido que habia en esas escaleras, era un peligro no solo para ella si no para todos los que pasaban, se llevaba a todos puestos, empujaba a todos, era divertido para ella hacer eso y aunque muchos la retaban ella seguia igual, en ese momento bajando las escaleras se doblo el pie y se cayo de las escaleras, la mayoria de los que pasaban se reia mirandola, tal vez venganza por que Bey se los llevaba puesto, se puso hacer puchero y luego de eso se puso hacer berrinche, era una nena asi que se le daba bien, no dejaba de patalear y gritar, pedia que la ayudasen, pero nadie le hacia caso, se sento en medio de la escalera y no dejaba pasar a nadie hasta que la ayudasen, era genial por que algunos le querian pasar por encima pero Bey rebelde como siempre los agarraba de las piernas y a pesar de no tener fuerzas lograba que perdieran el equilibrio y aunque no los tiraba ellos se quedaban quietos en su lugar.
-me duele mucho- lloraba y gritaba re histerica, era re malcriada y escuchaba como todos la cargaban "es una nenita, la bebe necesita una mamadera o un chupete" le decian en tono de burla, pobre bey encima que nadie la ayudaba, la cargaban.

Después de comer Cedric se dio prisa para dirigirse a la sala de música antes de que alguien más la ocupara, llevaba varios días intentado usar el piano de cola que estaba allí y siempre había alguien dentro arruinando sus planes. Pero cuando llegó a las escaleras que conducían a los pisos superiores escuchó mucho alboroto, había risas y reclamos y pensó que lo ideal sería alejarse de allí y buscar algo mejor que hacer, pero de verdad estaba encaprichado con ese piano así que se acercó a la multitud y en realidad no le costó pasar entre ellos a veces sus condición le daba ventajas, la gente siempre se hacía a un lado para dejarlo pasar; él había memorizado la cantidad de escalones y su cerebro había tomado nota de la altura de cada uno y la distancia entre uno y otro, se dispuso a subir tomándose del barandal de la escalera. Escuchaba el berrinche de una niña, o lo que sonaba como una niña malcriada, sin embargo lo dejó pasar, pero cuando subió apenas un par de escalones su pie se topó con un curioso obstáculo y para asegurarse pinchó con la punta de su bastón a la cosa que estaba en el suelo… ¿era una persona?

—Oye… ¿me dejas pasar? —le preguntó tratando de no sonar grosero.

En ese momento entendió de dónde provenía tremendo berrinche y pensó “Adiós piano”

levanto su vista y miro aquel muchacho negando con su cabesita y lagrimeando, odiaba que no le hicieran caso, en verdad lo odiaba, era algo que no soportaba, ella siempre tenia que ser el centro de atencion y nadie se iba a mover hasta que lo fuera, sin mencionar que si se doblo el pie.
- no puedo, me doble el pie y me duele- murmura enojada - nadie me ayuda son todos unos malos - grita con todo y sintio que alguien la agarra en brazos y la corrio de la escalera sentandola en el piso, suspiro molesta y se cruzo de brazos, en verdad odiaba que nadie le hiciera caso, veia como todos pasaban por su lado sin importarle nada y se puso a llorar nuevamente, llamaba a su padre a gritos, queria irse de ese lugar, eran todos unas malas personas, ella no entendia que eran asi por que ella era mala, para ella hacer berrinche estaba bien ya que su padre jamas la retaba por ello, se sentia re ignorada, se limpio las lagrimas con su ropa y siguio sollozando en silencio, le sacaba la lengua a quien la veia y se reia, en cierto modo daba ternura, pero ser tan malcriada no la ayudaba mucho que digamos, se empezaba a desesperar por no recibir la atencion que ella creia que se merecia y empezo a golpear el piso con sus manos, aunque no hacia nada pues no tenia la suficiente fuerza como para hacer siquiera ruido, era mas que nada para descargarse, teniendo en cuenta que tenia un mal humor de perros ese dia y es que no sabia por que se habia levantado de tan mal humor, no entendia por que era que ese dia estaba mucho mas caprichosa que de costumbre -¿me das una paleta? - le pregunto aquel chico qur le habia hablado, era re confianzuda pero siempre que se lastimaba su padre le daba una golosina y eso era lo que ella queria en esemomento, algo que la hiciera creer que si le importaba a alguien, estaba loca ppr recibir atencion

Torció el gesto porque aquel era un grave problema, cómo es que no había nadie que pudiera ayudar a la niña en lugar de sólo pasar y burlarse, Cedric se sintió indignado, porque a él le había sucedido muchas veces, así eran la mayoría de las personas por allí, a él le habían reclamado varias veces por chocar accidentalmente con otros, se había burlado de él cuando se caía o llegaba al lugar equivocado, no era el mismo caso ahora pero se imaginó que la niña debía sentirse de la misma manera y por eso lloraba, aunque él veía innecesario el berrinche que armaba, eso era otra una patología que demostraba su necesidad de atención.

—Tal vez si dejaras de gritar y no fueras tan grosera alguien te ayudaría—sugirió con tacto, no era exactamente bueno tratando con niños pequeños—esas no son formas de pedir ayuda, o de comportarse, es de mala educación.

¡JA! Él hablando de educación y tratando de calmar a una niña malcriada, cuando él había sido igual o peor, tal vez aún era algo caprichoso. Se agachó sentándose en uno de los escalones para colocarse a una altura que él supuso estaba la niña, había visto programas de televisión y eso hacían para calmar los berrinches de los infantes testarudos, pero él por omitió la parte del contacto visual, sus ojos estaban fijos en otra dirección.

—Veamos… no debería recompensarte con una paleta porque no parece que te hayas portado muy bien, pero no quiero que sigas llorando, te la daré si dejas de hacer eso… —Metió la mano en su mochila y buscó una paleta en su compartimiento para golosinas, la chiquilla tenía suerte de que él llevara consigo siempre dulces. Le tendió la primera paleta que encontró—Ahora, podría llevarte a la enfermería si quieres… es lo único que se me ocurre.

Él esperaba que ella dijera que no, odiaba esos lugares, su olor, sus personas, le traumaban los hospitales y prefería evitarlos a toda costa, aunque en esta ocasión no sería a él a quien atendieran, podría dejar a la niña allí y salir.

agarro la paleta y sonrio tierna, era facil calmar si le daban lo que queria, miro al chico y le toco la cara - ¿no ves? - pregunta con su vocecita tierna y se lleva la paleta a la boca - gracias por la paletita - dice tierna y lo abraza, re confianzuda pero asi era ella, se quedo pensando en si ir o no a la enfermeria, odiaba esos lugares ppr que siempre la regañaban por cprrer, se quedo re tildada pensando en eso y luego nego con la cabeza - no no quiero ir a la enfermeria, ¿queres ser mi amigo? - le pregunta tierna y lo pokea, podria ser muy molesta si queria y la mayoria de las veces hacia que todos perdieran la paciensia, pero ella no se daba cuenta que lo que hacia estaba mal, para ella todo era un juego, comia su paletita tranquilita sentada delante del muchacho y mirandolo con curiosidad, su color de cabello le parecia raro pero lindo, nunca habia visto a alguien con ese color, o a lo mejor si pero no a muchos le prestaba atencion si no le daban un caramelo, un. juguete o la llevaban a pasear.
-¿ que haces vos, te gusta jugar, tenes amigos, te gusta la musica, queres jugar conmigo? yo quiero jugar, a mi me gusta cantar -
hablaba todo rapido sin dejarle responder, tenia muchaw preguntas para hacer y le gustab preguntar y preguntar, le gustaba hablar mucho y no dejar. los demas hablar -¿me contas un cuento, me cantas una cancion? me gusta la opera ¿me cantas? sisi - pregunt mientra s comia su paleta y miraba a todos lados re distraida, vio pasar una araña y se distrajo, las odiaba y no queria que se le acercara, se escondio atras del muchaco como si ese bichito la fuera a matar - matala, es fea, patitas largas y grande, es grande y me quiere comer - le decia mientras se escondia - me huele viene a por mi - susurraba y si veian a la araña apenas si se veia, con una lupa tal vez la pudieran ver.

Necesitaría mucha paciencia y decirse una y otra vez que era sólo una niña con quien estaba tratando, normalmente ellos actuaban sin darse cuenta de lo que hacían, ellos no pensaban mucho cuando decían algo o lo hacían, sólo actuaban y era allí donde se les tomaba como criaturas inocentes, sin embargo ella ya había hecho varias cosas que Cedric desaprobaba y no le agradaban, había invadido su espacio personal, le había abrazado —detestaba los abrazos sobremanera—,y le hacía tantas preguntas que no le permitía responder a las anteriores, un verdadero dolor de cabeza. Nunca había tenido hermanos, era hijo único y la verdad nunca quiso tenerlos. Pensó que si Natlian lo viera en esa situación se reiría de lo lindo, esperaba que no anduviera por allí.

—No, no veo—respondió a la primera pregunta esperando que no hiciera más preguntas sobre eso porque no sabría como responder, no era un tema que un niño pudiera entender—Y bueno… supongo que podemos ser amigos—se encogió de hombros, la mayoría de sus amigas medían al menos cien centímetros más y tenían curvas, y pechos y… eso era extraño—Am… bueno si me gusta jugar a veces… también tengo varios amigos por aquí, me gusta leer y amo la música, yo hago música… me gusta tocar instrumentos pero no me gusta cantar—recordó cuando su compañero de habitación lo había encontrado cantando y le pareció algo vergonzoso—así que no me pidas que te cante algo, puedo tocar el piano si quieres, o cualquier otro instrumento, de hecho ahora iba al salón de música.

Entonces antes de que pudiera hacer cualquier otra cosa o decir algo más sintió que la niña se ponía detrás de él y luego se alteraba por una pequeña araña que pasaba por allí, era común en lugares tan viejos como aquel colegio.

—No sé de que me hablas—le dijo un tanto desesperado—sea lo que sea no creo que te haga nada, si quisiera hacerlo ya lo hubiera hecho.

oooh bueno perdon, me dan miedo las arañas- dice triste y sonrie luego de escuchar lo que dijo -si me gustaria que tocaras el piano, quiero ver que tan bueno sos - sonrie y aplaude tierna - vamos vamos donde es? quiero escucharte -dice tierna y lo toma de la mano, para ella estar as con las personas estaba bien, aunque a los demas a lo mejor les molestase tener siempre a una niña pegada como mosca, era re metida, le gustaba dar abrazos y le gustaba tener amigos, era re sociable y asi le gustaba ser.
-sabes? me gusta tu cabello, es rojito y lindo y suaveciti - dice despeinandolo - sos como un lindo cachorrito con el pelo suavecito, me gusta, me gusta - le dice tirrna y lo vuelve abraza sin saber si a el le molestaba - te molesta estar conmigo? perdon a mi me gusta estar con vos, es que me gusta tener amigos- dice tiernam. era re insoportable pobrrcita, jamas iba a dejar de ser asi, pero algunas personas la odiarian demaciado por eso, mordio su paletita y sonrio - sos un nene lindo - le dice tierna

Cuando estaba con ella sólo podía pasar por su cabeza “espacio personal, espacio personal, espacio personal…” pero tampoco podía hacer nada por apartarla porque sabía que ella no lo hacía con malas intenciones, ni siquiera lo conocía y bueno los niños no entendía mucho a veces sobre eso, para ellos el mundo se definía entre lo que estaba bien y lo que estaba mal, y demostrar cariño no era algo que estuviera mal, por lo que entonces estaba bien. Había leído muchos libros de psicología infantil y sabía que no estaría nada bien para ella decirle que se apartara o ser grosero, o cualquier trato hostil.

—No está bien, me agrada tener a alguien que me escuche—mintió.

Odiaba tener a alguien que le escuchara cuando tocaba o cantaba, pero ella era una niña, ella no pensaba como lo hacían los ignorantes adultos y había pasado tiempo desde que había tocado el piano para alguien. Sintió la manita de ella sobre la suya derecha por lo que tuvo que tomar su bastón con la izquierda y dirigirse; subieron las escaleras y la condujo hasta el cuarto piso donde estaba la sala de música, no sabía si estaba vacía, pero lo asumió cuando no escuchó ningún instrumento, o ningún ruido que delatara a alguien más allí. Y soltando a la niña fue hasta el preciado piano de cola, se sentó en el banquillo, dobló su bastón y lo dejó a un lado.

—Veamos… ¿Qué podría tocar que te pueda gustar…? —Preguntó en voz alta pensativo—Je ne sais pas… ¡oui! Un conte de Feés…

Cerró sus ojos y suspiró profundamente concentrándose en la melodía que siempre le tocaba su madre cuando niño, la recordaba a pesar de no haberla escuchado hacía mucho tiempo. Sus dedos empezaron a vagar por las teclas del piano formando la melodía…

Se sento en el piso tranquilita mientras lo escuchaba tocar el piano, tenia en su rostro una sonrisita tierna, le gustaba lo que escuchaba, la hacia sentir tranquila y eso hacia que se calmara, movia su cabeza de un lado al otro mientras lo miraba tierna a aquel muchacho, era re panchita, era como los bebes que si le tocas algun tema se duerme, pero bey no queria dormirse, aunque si se adormilaba, se recosto metiendo sh dedo en la boca y cerro sus ojos pero sin dormirse, aunque el sueño la vencia, era raro, Bey antes no tenia sueño, pero el tema la relajo tanto que el dormir era algo que queria hacer inconsientemente.
Se quedo dormida echa una bolita en el piso y con su dedo en la boca cual bebe, aunque sabia que a penas oyera un ruido se despertaria, asi era ella siempre atenta a todo, su respiracion era calmada y casi ni se la escuchaba, era re tierna por que de esta manera era menos insoportable, no estaba en sus planes dormirse pero bueno, la musica siempre lo conseguia.
A su mente venian los golpes, las palizas, veia el rostro de su hermano y veia su mano acercarse a ella, cada golpe ppr cada castigo que el recibia por segun el la culpa de ella,era como qye su padre jamas reaccionaba y se daba cuenta que bey jamas se lastimaria sola, pero a pesar de tener pesadillas ella se mantenia quieta y calmada

La niña había dejado de hacer preguntas y de hablar sin parar como un pequeño loro, eso estaba bien porque a Cedric no le gustaba que lo interrumpieran mientras tocaba, había demasiado silencio salvo por su música y él ya estaba sumergido en ese su mundo favorito, estaba demasiado inmerso en sus notas, en el sonido que producía convirtiéndose en música, siempre que tocaba cualquier cosa se perdía por completo de lo que sucedía en el exterior de su burbuja; la música le relajaba, le hacía sentir de pronto que podía hacer todo lo que quisiera que no tenía ninguna limitación y que cualquier cosa que se propusiera lo haría bien.

Y así siguió tocando solo el piano, un par de piezas más. Seguía sin escuchar nada de la niña, ni un susurro o cualquier cosa que le dijera que seguía allí, tal vez se había aburrido y se había ido, no le dio mucha importancia estaba feliz, así como los peces nadan en el agua, su elemento. Empezó a tocar una melodía más está vez abrió la boca y su voz salió formando una canción que le gustaba mucho a pesar de ser demasiado tranquila, cursi y estaba en inglés.

Heart beats fast
Colors and promises
How to be brave
How can I love when I'm afraid to fall
But watching you stand alone
All of my doubt suddenly goes away somehow

One step closer….

Y podría seguir así hasta que alguien lo echara de la sala de música, nunca tenía noción del tiempo, no miraba como las horas pasaban, una puesta de sol no le decía que era suficiente, no veía la noche caer o la sala oscurecerse, ya que él siempre vivía en una noche eterna sólo que sin luna ni estrellas.

Dormia con tranquilidad pero sus sueños relajantes y hermosos se vieron opacados por crueles pesadillas.

"Un pasadizo oscuro, una puerta al final del mismo, Bey corria y corria pero no llegaba a la puerta,gritaba y pedia ayuda pero nadie la escuchaba, tenia miedo de lo que la seguia, no queria ser alcanzada, sus piernitas no ayudan por el miedo se trababa, no dejaba de llorar, su cuerpesito tembraba, se escondio tras una estatua que aparecio de la nada, aquella sombra paso de la chica no se percato, suspiro calmandose, ella penso -todo esta bien- la estatua se movio en sus manos la tomo, Bey comenzo a gritar la sombra vuelta se dio, volvio a donde ella estaba y con su mano la ahorcaba, no entendia que pasaba parecia un fantasma, sus gritos se callaron frente a ella vio a su hermano, con temor cerro sus ojos, lo sabia, todo habia acabado, sintio frio en su cuerpo esa mano la solto, cayo a piso con todo, su muñeca se doblo, se arrastro hasta la puerta, para su sorpresa llego, cuando la abrio de repente a su madre muerta vio"

Bey comenzo a sollozar y abrio sus ojos asustada, estaba empapada en sudor y no podia decir nada, tenia miedo y no dejaba de tembrar la pesadilla le habia parecido muy real, se tapo su cara sin dejar de llorar, no queria soñar con su madre si se le aparecia asi, ella no la conocio jamas, solo en fotos, ya que ella fallecio cuando Bey nacio, pero casi siempre tenia pesadillas con ella, Bau solia decirle que la culpa era de ella por que decidio salvar a la bebe antes que su vida, Bau seguia diciendo que Bey era una asesina lo que ocacionaba que la pequeña tuviera pesadilla, se abrazo a ella misma y se hizo una bolita sin dejar de llorar.
-Perdon perdon perdon - era lo unico que decia, se sentia culpabre, ella se atormentaba todas las noches pensando que la habia matado aunque bien sabia que no habia sido asi.

Seguía tocando si reparar en nada más, de una melodía surgía otra y en cada pieza su cabeza se llenaba de imágenes que eran recuerdos antiguos, recuerdos que aún no olvida y se volvían penumbra como la mayoría de lo que estaba en su cabeza, a veces tenía miedo de olvidar cosas importantes, tenía miedo por ejemplo de olvidar a su mejor amigo o la imagen de sus padres, tenía miedo de que los colores alguna vez se esfumaran por completo de su recuerdos y ni siquiera pudiera tenerlos en ese espacio privado al que nadie más tenía acceso sólo él. Cuando extrañaba realmente las cosas, sus formas tal cuales, su imagen perfectamente definida, el colorido que poseía, simplemente escapaba a ese rincón y trataba de imaginar, de recordar. Amaba el verde, el azul, un paisaje de Loira, el recargado arte francés, el expresionismo en la pintura, la fina y exquisita belleza de algunas esculturas, incluso el cine no funcionaba de la misma manera cuando sólo podía estar pendiente de los diálogos.

De golpe la última melodía que se había vuelto dramática y apresurada, se cortó cuando sus dedos dejaron de seguir el ritmo, de ir de un lado a otro entre las teclas del piano porque había escuchado algo; una vocecita chillona que le pareció expresaba tristeza, miedo y remordimiento; aunque… no se imaginaba que clase de persona a tan corta edad pudiera sentirse de esa manera. Los niños no deberían tener esos pensamientos, se dijo.

— ¿Sucede algo? —Preguntó alzando la voz sin moverse de su asiento— ¿Estás bien?

Era una pregunta absurda, porque incluso él que no podía ver como la niña lloraba se daba cuenta de que no estaba bien.

floto sus ojos sin dejar de llorar y se levanto despacito acercandose a el.
- tuve un sueño malo - dice triste sentandose a su lado - era feo, mi hermano me dijo que yo mate a mami, que soy una mala persona - dice entre llantos con su vocecita tierna, pobrecita se creia todo lo que le decian, era tan ingenua pobre, se tapo su carita sin dejar de sollozar, era re maricona.
-el me dijo que mami eligio mi vida antes que la de ella y por eso dice que yo la mate, pero yo no quise matarla, no quise hacerlo - dice triste mirandole apenitas y se pone a tocar el piano , no sabia tocar pero hacia cualquier cosa, estaba re deprimida, odiaba esas pesadillas.
-perdoname no quiero que me tengas que bancar asi, si te quedes ir o queres que me vaya me voy - le dice tierna mientras tocaba el piano, menos musica tenia, pero a ella le gustaba, le calmaba hacer eso, se relajaba, en realidad Bey para relajarse cantaba opera, pero en su casa no podia por que su hermano le decia que era una musica informal, a ella la calmaba y tenia un pequeño don, era buena cantando opera, aunque no dejaba que nadie la escuchara, por eso jugaba con el piano, por que tenia miedo que el se enojara con ella y la retara, no queria que la retasen por eso.

La escuchó y realmente la situación le pareció conmovedora y triste a la vez, no era justo que una niña viera su infancia destruida por un remordimiento tan grande, cualquiera que le hubiera dicho que ella era culpable de la muerte de su madre era un retrogrado ignorante, esas cosas eran naturales que sucedieran. Cedric no entendía del todo lo que ella sentía, ya que había vivido una buena infancia a lado de sus padres, sólo la entendía ligeramente porque aún se culpaba en ocasiones de la muerte de sus padres, a veces se ponía a pensar que pudo haberlo evitado pero era demasiado tarde y el remordimiento no los traería de vuelta.

—No es tu culpa esas cosas pasan todo el tiempo—le dijo en voz baja, suave y comprensiva—así que algo no puede ser tu culpa si tu no lo hiciste, diga lo que diga tu hermano o cualquier otra persona. Nunca dejes que te hagan creer lo contrario ¿sabes? Y vamos, no llores… tu madre no querría que lo hicieras, sé que ella estaría feliz de verte feliz a ti y ella tampoco te culparía.

Sonrió mientras escuchaba como la niña tocaba el piano, no sabía tocar pero no podía decirle que se quitara de su hermoso piano, tampoco era tan insensible como parecía.

—Oye… no me has dicho como te llamas—dijo de pronto tratando de aligerar un poco el ambiente—si vamos a ser amigos al menos debería saber tu nombre… yo soy Cedric.

Miro al chico y se limpio las lagrimas sonriendo ligeramente ante sus palabras, se quedo colgada tocando el piano y luego de un largo rato respondio.
-Entonces ¿si queres ser mi amigo? me llamo Bey - dice tierna y asiente - Mami, yo no se como es ella, no la vi nunca, pero ¿vos crees que aun asi ella me quiera este donde este? - dice pensativa y se pone a cantar con timidez, era la cancion del fantasma de la opera, realmente le gustaba esa cancion.

"Padre me hablo de ese angel, a quien soñe descubri, que ahora esta aqui en este instante, puedo yo sentir, siento su voz hablar muy suave, sombras que estan dentro, siento sus ojos al mirarme, el es el gran genio"

Para ser pequeña cantaba bastante bien, mas para tratarse de opera, abrazo a Cedric con cuidado y le dio un beso en la mejilla asi re tiernuchis - Gracias me hiciste sentir mejor, perdon si te molesto que cante, pero cuando tengo miedo o estoy triste y nadie esta para ayudarme me gusta cantar y me hace sentir segura - le dice tierna sin soltarlo y luego de un rato se separa de el por que se sentia re cargosa si no .

Empezó a tocar distraídamente las teclas del piano junto con la niña, sin formar ninguna melodía sólo al azar para tener algo que hacer con sus manos, era muy inquieto; estar a oscuras y sin hacer nada no era una agradable combinación.

—No necesitas saber como es una personas físicamente para quererla—sonrió, de eso si sabía él, se había acostumbrado a eso, por una parte era mejor, ya no era el chico superficial de antaño—tampoco se necesita que dos personas estén en el mismo lugar para que se quieran… yo estoy seguro que tu la quieres a ella y ella a ti, sin importar las circunstancias… El amor, dicen, es la magia más poderosa que existe.

Entonces, de pronto escuchó el timbre de una voz linda y clara, dejaba de ser la chillona vocecita de niña que en ocasiones solía molestar, para convertirse en algo agradable de escuchar y sonrió porque el sonido era bastante agradable.

—Pues deberías hacerlo mas seguido… cantas bien—le dijo de manera sincera, no porque era una niña le iba a mentir, Cedric podía ser amable, pero en sus críticas podría llegar a ser incluso hiriente. —Tal vez con un poco de estudios, llegarías a ser una gran cantante. ¿Sabes? Debo irme tengo tareas que hacer y ya he tenido mucho tiempo de distracción.

Se levantó del asiento y tomó el bastón que estaba doblado sobre el piano, lo desplegó y buscó el resto de sus cosas.

—Espero encontrarte luego por allí, y no seas tan… malcriada, eres una niña, pero eso no justifica que puedas molestar a los demás por que si, he ahí la diferencia entre que le agrades a una persona y no.

Le sonrió afablemente y buscó la salida del salón de música para volver a su habitación y hacer sus tareas antes de dormir, esa costumbre que tenía de hacer todo a la última hora, sin embargo, la había pasado bien, no lo podía negar.

Lo mira tierna y asiente - si, le voy a decir a papi que me deje aprender canto - dice tierna saltando en su asiento - bueno yo me voy a hacer deberes, la profesora me va a regañar por no hacerlo - se levanta y sale despues de el pegando pequeños saltitos, ya no estaba de mal humor y mucho menos tenia ganas de molestar a las personas, en mas el estar con ese chico le habia subido mucho el animo, ahora tenia que practicar eso que decia de no ser una malcriada, es que ella era asi ypor mas que intentara no serlo no le salia, era una costumbre que tenia, una costumbre que debia dejar ir, ya era malo para ella no tener casi amigos y era malo para todos tener que bancarla con sus grititos infernales y su vocecita diciendo todo lo que queria, se fue a su habitacion donde tras hacer sus deberes, dibujar y jugar un rato se baño y se fue acostar para al dia siguiente tener un nuevo dia.